En el Pro comenzaron a estudiar en detalle las dificultades de la fiscalización para las presidenciales con foco especial en el conurbano bonaerense, donde no tienen candidatos fuertes y enfrentarán nada menos que a los intendentes del Gobierno.

En el equipo de campaña hicieron un mapeo de esa franja territorial, que concentra casi 8 millones de votantes, la cuarta parte del total del padrón nacional.

Prolíficos, detallaron cada escuela y las calificaron entre zonas complicadas, muy complicadas y las de mayor dificultad, donde no quedará otra opción que pedir ayuda.

No alcanza con la convocatoria por Facebook, que como adelantó LPO, es la primera opción del Pro para reclutar gente.

“Funciona en distritos con mucha clase media, como Capital Federal o Entre Ríos, donde en 2013 acordamos con Busti para fiscalizar y después nos dimos cuenta que no hacía falta. Pero en Chaco no anduvo”, reconocen en lo equipos del PRO.

La dura derrota de Aída Ayala en las primarias fue un llamado de atención. Las redes sociales no alcanzaron para controlar el interior de Chaco, donde la alianza opositora fue vapuleada. Se sintió la falta de apoyo del viejo aparto radical, representado en Ángel Rozas.

En el conurbano no quieren cometer le mismo error y para eso ya hablan con dirigentes peronistas alejados del Gobierno y del Frente Renovador, como el intendente de Malvinas Argentinas Jesús Cariglino; el quilmeño Federico Scarabino y Gabriel Mércuri.

Casi sin candidatos a intendentes sólidos, les podrá pagar con las candidaturas que pidan. “Con una fórmula pura a nivel nacional, nadie nos va a recriminar que pongamos candidatos locales que no estén bien vistos”, se justifican en el equipo PRO. 

Otro camino que se estudia es sumar algunos gremios, a quienes Macri ya les pidió ayuda. Pero el alcance que pueden lograr no está del todo claro. 

Los dirigentes experimentados en elecciones hablan de que muchas cosas hay cambiado.“Lo más importante es que te restablezcan las boletas, porque no te las van a reponer los rivales. Y para eso tal vez no hace falta un fiscal por mesa”, especulan.

De todos modos, se trata de una cantidad de fiscales importante, que el PRO no puede garantizar por sí mismo. Por eso está hablando con todos los que quieran ayudar.